Durante el verano, cambiamos nuestra dieta y forzamos nuestro cuerpo al máximo. Por eso, tras las vacaciones es un buen momento para depurar nuestro organismo de los excesos y aportarle la energía necesaria para volver a la rutina.
¿Cómo hacer una dieta depurativa?
Existen muchas formas de depurar y variar nuestra alimentación, que dependerá de nuestro objetivo, nuestro día a día y nuestras ganas de cambiar. Algunos métodos por los que podemos empezar son:
- Depuración semanal. Eliminar la carne y los lácteos de nuestra alimentación y consumir pescado o huevo durante 3 o 4 días.
- Semiayuno. Es decir, tomar líquido o no comer nada en una sola comida.
- Ayuno intermitente. Durante tan solo un día.
- Ayuno con líquidos. Basado en el consumo de infusiones, batidos, zumos, agua con limón…durante un periodo de 5 a 15 días en una comida al día.
Toda dieta, tiene que estar supervisada y controlada por una dietista o especialista nutricional, que garantice la eficacia y la necesidad de la misma para cada persona.
¿Quién puede realizar este tipo de dietas?
Como ya hemos mencionado anteriormente, toda dieta tiene que ser supervisada por un experto. No son recomendadas a embarazadas, lactantes, menores de dieciocho años, anémicos, deportistas de élite, personas con diabetes, insuficiencia renal, hipotiroidismo, entre otros.
Para mantener el ritmo diario de trabajo, necesitamos grandes energías, por eso necesitamos tener un descanso para poder lidiar con la dieta sin problemas, al mismo momento que disfrutamos del tiempo y la realización de ejercicio físico.
¿Qué alimentos podemos tomar y cuáles debemos dejar atrás?
Los alimentos fundamentales de una dieta, son todos aquellos que nos aporten energía y nos lleven a forzar nuestra maquinaria. Entre ellos podemos destacar:
- Brócoli, coliflor, alcachofa, espárragos, remolacha, rúcula, endibias, espinacas, escarola, rábano, apio, pickles, arroz basmati integral, pomelo, limón, arándanos, jengibre, semillas de lino, canela, hinojo, saúco, cayena.
- También es importante consumir frutas y verduras de temporada.
Por otra parte, los alimentos que no debemos comer durante el proceso de depuración son:
- Antiinflamatorios, antihistamínicos u otros medicamentos (aunque nunca hay que dejar los recetados por el médico)
- Azúcar, ni ningún alimento que lo contenga.
- Mermelada ni mantequilla o margarina.
- Embutido ni carne.
- Lácteos, fritos o alcohol.
- Gluten, harina blanca o patata.
- Café ni té que no sea verde.
- Aditivos o alimentos con pesticidas.
¿Podemos tomar algún suplemento?
Las plantas terapéuticas son una gran ayuda, ya que nos permiten hacerlo mejor y más rápido. Entre ellas podemos nombrar:
- Hepáticas como el boldo, cardo mariano y alcachofera.
- Diuréticas, para eliminar líquidos como el diente de león, té verde y la cola de caballo.
- Intestinales como la chlorela y probióticos.
- La bardana para la piel.
Un suplemento que nos puede ayudar es Epakur Neodetox que nos permite favorecer la funcionalidad hepática y eliminar toxinas tras periodos largos de excesos en comidas.
Durante una dieta depurativa podemos notar sudores fuertes, dolores de cabeza, mareos, alergias o incluso la aparición de granitos. Esto se debe a que las toxinas de nuestro cuerpo están en proceso de eliminación.
Si los efectos son diarios y continuos, no debemos dudar en acudir al médico, quizás nuestro cuerpo no esté hecho para fuertes cambios en la alimentación.